Quizá considerarla como “fotógrafa de la movida” sería minimizar su capacidad artística y creativa. Su cámara captó imágenes en blanco y negro, que luego coloreó con acuarela, de muchas de las personas influyentes en aquel momento como Almodóvar, Rossy de Palma, Alaska, Carlos Berlanga o Ceesepe. Pero además es poeta, pintora, y sobre todo, exploradora de nuevas formas de expresión artística.
Bárbara Allende Gil de Biedma nació en Madrid en 1957. Pasó sus primeros
años entre su ciudad natal, donde el Museo del Prado era uno de sus lugares
favoritos, y San Rafael, donde se dejó
seducir por los colores de la naturaleza. Se pasaba el día dibujando y
escribiendo en sus cuadernos, que no publicaba.
Nunca ha querido que se la conociera
por su nombre, por timidez y también “Porque
lo que pretendía mostrar era mi trabajo en sí, no la personalidad que había
detrás”. Aunque al principio sí firmaba su obra como Bárbara. En 1979 cuando
vivía en Barcelona, un día vio un dibujo
del pintor El Hortelano titulado “Mapa de estrellas”, cada una de ellas con un
nombre, le encantó una que se llamaba Ouka Leele, así que lo adoptó como nombre
artístico, en el que se reafirmó cuando supo que significaba ‘que des muy bien la
vuelta al círculo de la vida’.
La fotografía no estaba en sus planes, de hecho no le gustaba nada. Cuenta
que le regalaron una cámara de fotos por su primera comunión y que nunca la
usó. Su paso de la pintura a la fotografía sería una especie de escape a los 19
años, cuando la pareja con la que estaba le prohibió pintar.
“Y yo dejaba que me lo prohibiera. Era la ley del terror -como pintes, te vas a
enterar-. La fotografía no le molestaba tanto. Y pinté las fotografías para
poder pintar. Es así de increíble”. Esta situación se ha repetido en más ocasiones,
que sus novios tuvieran celos de ella, de su obra, de su éxito. Aunque
paradójicamente opina que “En los 80 era bastante bueno ser mujer, aunque
no había promociones del 8 de marzo, yo sobresalí más que nadie en esa época”.
Cuando dejó Barcelona viajó a México y Nueva York, hasta que en 1981 regresó a Madrid y decidió quedarse para
curarse de un cáncer. Pero gracias a ello entró en contacto con la Movida
Madrileña. En 1987 paralizó el centro de Madrid para realizar la fotografía
“Rapelle-Toi, Barbara” y expuso en la bienal de Sao Paulo. En 1988 se instaló
en París donde realizó una serie de polaroids para la Fondation Cartier. Ha realizado un larguísimo etcétera de trabajos que la hicieron
merecedora de un montón de premios, entre los que destacan el Premio Nacional
de Fotografía en 2005 o la Medalla de plata de la Comunidad de Madrid en 2012,
entre otros.
Ouka Leele ha participado en
exposiciones y en importantes ferias de arte
dentro y fuera de España: EEUU, Japón, Corea, Francia, Inglaterra e
Italia. Además, ha escrito varios libros de poesía y su trabajo goza de amplia
difusión internacional.
Como se gana la vida con la fotografía, ha tenido que hacer fotos no
artísticas, para Playboy y Penthouse, siempre fiel al blanco y negro, y a su
técnica de colorearlas después. También hizo una foto a los colaboradores del
programa del corazón “Sálvame” en su quinto aniversario. A través de sus fotografías ha querido transmitir una historia,
“Una filosofía de amor y muerte”. En una ocasión manifestó que en la
fotografía las mujeres lo tienen más complicado, que tienen que dar muchísimo
para conseguir el mismo nivel, el mismo trato y el mismo dinero que sus
compañeros.
Actualmente disfruta con la meditación y el silencio, quiere dar un giro a
su vida y hacerse ermitaña, estar en contacto con la Naturaleza “que es nuestra
maestra”. Le apetece pasar más tiempo con las personas que quiere y trabajar en
algún proyecto con su hija María. Además de pintar, quiere hacer ediciones
artesanales de libros encuadernados a mano. Quizá ahora se está pasando de
espiritual ya que, en julio, participó en la concentración anticoronavirus del
Paseo del Prado, donde animó a los asistentes a quitarse la mascarilla. Dijo
que el “El amor es la mejor mascarilla”. La educación religiosa que tuvo de
niña también le está pasando factura, en la misma concentración, micrófono en
mano manifestó “No me imagino a Jesucristo yendo a ver a los leprosos con
guantes y mascarillas”. Entre esto y que es prima de Esperanza Aguirre es
inevitable sacar el debate de separar obra de autor. Las vivencias y
las experiencias que le han llevado a actuar así no las sabemos, claro, no
vamos a hacer solo blogs de gente admirable. Por supuesto que hablar de mujeres
que rozan la perfección y son un gran ejemplo a seguir es inspirador, pero hay
que hablar de todo tipo de personalidades, incluso polémicas, ¿no? Así
reflexionamos con una imperfección con
la que algunas veces nos identificamos más.
También Ouka Leele opina que “A una chica joven que empieza le diría que
tenga pasión por lo que hace, por el arte. Que
la primera que se lo tiene que creer es ella, que si ella no se lo cree no
va a convencer a nadie. Yo tengo tres
lemas: uno es no aburrir nunca. Más vale ser escueto que aburrir a alguien. El
segundo, el que no llora no mama. Y el otro lema sería: no pierdas el tiempo
con novios tontos porque pierdes muchísimo y podrías haber estado haciendo otras
cosas.”
Buenísimo! Todo lo que tiene que ver con la movida madrileña, me toca la patata especialmente, crecí escuchando a todas las bandas de la época y viendo la bola de cristal, imposible no sentir morriňa de esa actitud canalla y boom artístico, dónde tener sentido del humor y ser crítico no estaba penado, gracias por cada artículo, y como siempre, un besote!!
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