"No puedes ganar un campeonato sin gays en tu equipo. Nunca se ha hecho antes, nunca. ¡Es ciencia!" Megan Rapinoe

“Hasta que dejemos de tener discriminación de ningún tipo en el país o en el mundo, creo que es importante que las personas en ciertos puestos salgan públicamente, ya sea un jefe, un atleta o un político” M. R.

"El presidente odia a mi novia" S.B.

Son dos superestrellas a nivel mundial, dos leyendas en sus respectivos deportes de equipo de los EEUU, con dos personalidades muy diferentes. Una, de las mejores jugadoras de fútbol de la historia, con una medalla de oro olímpica, dos de oro y una de plata en la Copa del Mundo Femenina. Otra, de las mejores  jugadoras de baloncesto, la más galardonada de la historia: dos veces campeona de la WNBA con Seattle Storm, cuatro medallas de oro olímpicas, tres veces campeona mundial FIBA y dos títulos NCAA en la Universidad de Connecticut.

Megan Rapinoe nació en 1985 en California, pasó su infancia y adolescencia practicando diversos deportes como atletismo, baloncesto y fútbol, este último a las órdenes de su padre, que era entrenador. Pero Rapinoe adoraba a su hermano Brian, con quien jugaba al fútbol desde los tres años, y por ello acabó decantándose por este deporte. Tras su paso por el fútbol universitario, en 2009 fue la segunda elegida del draft, fichando por el equipo de Chicago. Desde entonces ha pasado por varios clubs, hasta que en 2013 se quedó en el Reign FC de Seattle y se definió como extremo o centrocampista. También ha pasado por todas las categorías de la Selección estadounidense hasta asentarse en la absoluta. Tras su espectacular temporada en 2019 fue Balón de Oro, Bota de Oro y premio The Best.


Hay que mencionar que recientemente  el videojuego FIFA 21, EA Sports  ha valorado a Megan con la misma puntuación que la de Messi y mejor que la de Cristiano Ronaldo. Curiosamente, a los mismos que Megan ha señalado en varias ocasiones por no utilizar su influencia tanto como podrían "¿Tienen miedo de perderlo todo? Podrían creer eso, pero no es verdad. ¿Quién quitaría a Messi o Ronaldo de la historia del fútbol mundial por una declaración contra el racismo o el sexismo?"

A propósito de esto último, es igual de interesante la carrera deportiva de la futbolista como su activismo en la lucha contra las injusticias, el racismo, el machismo y la brecha salarial. En 2016, Rapinoe apoyó públicamente a Colin Kaepernick y al movimiento Black Lives Matter  arrodillándose mientras sonaba el himno nacional antes de un partido. "Era algo pequeño que podía hacer y algo que planeo seguir haciendo en el futuro”. También ha expresado  abiertamente su opinión sobre la diferencia salarial entre las selecciones americanas de fútbol masculino y femenino, y es una firme defensora de los derechos LGTBIQ. Además, Rapinoe es embajadora de Athlete Ally, un grupo enfocado a que todxs lxs atletas tengan el mismo acceso al deporte, sin importar el género o la orientación sexual. De hecho es una de las 28 jugadoras de USWNT que ha demandado a US Soccer por 'Discriminación de género  institucionalizada' por  la forma en que se paga y se trata a su equipo en comparación con el equipo nacional masculino.

Ha criticado a Trump en varias ocasiones. En 2019,  cuando sonó el himno nacional en la final del Mundial de Fútbol Femenino más vista de la historia, la capitana de la Selección de EEUU permaneció en silencio y no se llevó la mano al corazón como protesta ante la postura de la Administración de Donald Trump hacia las minorías. Después de ganar este campeonato, se negó a ir a la Casa Blanca, como es costumbre cuando un equipo gana un torneo de semejante trascendencia. “Es hora de dar un paso más hacia la igualdad, de tener otra conversación. Nosotras ya hemos demostrado que damos un buen espectáculo. Es el momento de que las instituciones apuesten por nosotras"

Por su parte, Sue Bird nació en 1980 en Nueva York, en la otra punta del país. Desde niña le encantaban los deportes, jugaba fútbol, al tenis y hacía atletismo. Aunque  Bird pronto se decidió por el baloncesto. Cuentan que era tan buena que ya cuando tenía 11 años, un guardia de seguridad le pidió un autógrafo. Ganó dos ligas universitarias con el equipo de Connecticut. En 2002 la eligieron la número uno del draft por Seattle. Con solo 21 años ya era una de las mejores bases del país e iba a la Selección. Siempre fiel a su equipo, en 2018 alcanzó los 500 partidos en la WNBA y es la jugadora que más medallas tiene entre mundiales y Juegos Olímpicos a lo largo de la historia, tanto de jugadores masculinos como femeninos. La veterana jugadora de las Seattle Storm, aparte de jugar, es directiva de los Denver Nuggets, adjunta en el área de operaciones de baloncesto, siendo la segunda mujer en ocupar puestos técnicos de una franquicia en EEUU.

Megan Rapinoe y Sue Bird se conocieron en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en 2016. Megan antes de salir con Sue había tenido dos relaciones, que compartió con sus seguidores en las redes sociales sin ningún problema. Sue también tuvo dos novias antes de Megan, pero nunca las hizo públicas.

La relación entre ambas sorprendió, ya que no es habitual que deportistas de alto nivel declaren abiertamente su homosexualidad estando en activo. Eso ocurre en pleno siglo XXI, y a  pesar de los avances recientes en los derechos LGTBIQ.  Sin embargo, ha pasado a ser una de las parejas más querida del deporte y la vida social en Norteamérica. Sus amigxs y familiares cuentan que a ambas les está sentando bien estar juntas. Son mejores amigas, novias y entrenadoras. Sue reconoce que “Ella me desafía de maneras que creo que pueden ser difíciles a veces porque te obliga a ver las cosas de manera muy diferente. Ha sido saludable para mí. Si bien mi nutrición siempre ha sido saludable, mi mente también está un poco más saludable.” Y Megan reconoce que "Me he vuelto mucho más disciplinada desde que salgo con Sue”.

Juntas tienen un fuerte impacto en la comunidad gay de todas las edades, desde niñxs que tienen dudas sobre su identidad sexual, hasta señoras de 50 años, que por su edad no lo han tenido nada fácil. Aunque ya compartían ideología, Megan le ha contagiado el activismo a Sue, que se había caracterizado por ser más discreta, y esta también ha cargado contra Trump. En el Mundial del año pasado publicó una aplaudida reflexión “Supongo que el presidente debe de odiar realmente a mi novia. Ha provocado una ola de tuits llena de odio hacia ella, mientras ella defiende el fútbol estadounidiense, los deportes femeninos, la igualdad salarial, el orgullo gay y el amor verdadero. Sería ridículo hasta el punto de la risa si no fuera tan asqueroso y si sus legislaciones y políticas no arruinaran la vida de tanta gente".

Además Sue acaba de publicar una carta abierta dirigida a las nuevas generaciones de mujeres deportistas “Somos el cambio, y cada una de nosotras tiene un papel fundamental a la hora de diseñar el mundo que queremos para nosotras, aunque sobre todo para vosotras, chicas”

Mientras tanto viven juntas en la casa de Sue de Seattle, que cuenta que Megan le ha invadido el armario con su gusto por la moda, pero que ella conquista el zapatero con su colección de deportivas. Siempre activistas, ahora lideran una campaña para que la gente joven vote en las próximas elecciones de EEUU.

 

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