Va a llegar hasta Befana

En nuestro entorno, Papá Noel (San Nicolás o Abuelo de las Nieves, según el país) y los Reyes Magos, con sus leyendas y tradiciones navideñas, son las figuras más representativas de la Navidad, junto con el niño Jesús, claro. Todos ellos hombres. ¿Quizá una mujer no es lo bastante fuerte para cargar con los regalos? Intentando satisfacer nuestra curiosidad, hemos encontrado  pocos lugares en el mapa con personajes diferentes, por ejemplo  un tronco (el Tió de Nadal) en Catalunya, el Olentzero en el País Vasco o un Gnomo en algunos países nórdicos. En todos  los casos, personajes masculinos. Llama la atención que las escasísimas figuras femeninas que descubrimos sean de tradición pagana en sus orígenes. Una cabra maligna en Finlandia, y una bruja en Italia (Befana). Que se trate precisamente de brujas, nos despierta un mayor interés, ya que desde siempre se ha utilizado este término  para menospreciar a las mujeres que se interesaban por el mundo académico, las ciencias y el conocimiento en general. Mujeres marginales, más independientes en épocas pasadas, que morían en la hoguera por diversos motivos, la mayoría nunca demostrados ni justificados. Como a día de hoy las brujas son iconos feministas, en esta noche del 5 al 6 de enero, había que hablar de Befana. 

Strega Befana es una bruja, comúnmente representada como una señora mayor que vuela en su escoba, con la peculiaridad de que suele estar sonriente y feliz, o sea, es una “bruja buena”. Su nombre  proviene de la palabra Epifanía, porque  que visita a lxs niñxs la madrugada del 6 de enero, es decir, la noche de la Epifanía. La Befana supone el final de la Navidad. La encontramos en el folclore italiano, sobre todo en la parte Central del país, allá donde se alzan los Apeninos.

Esta carismática bruja rellena los calcetines que lxs niñxs han dejado colgados de la chimenea o del árbol de Navidad con golosinas. Caramelos y chocolatinas si se han portado bien, carbón dulce  si, por el contrario,  han sido malxs. A cambio lxs miembros de la familia que habitan en cada casa por la que ha de pasar Befana,  han de dejar una naranja o mandarina y un vaso de vino para que la anciana  reponga fuerzas, y pueda  proseguir con su viaje llegando a todas y cada una de las casas del país. Cabe destacar que esta tradición se popularizó durante la época del fascismo, suponemos que para darle mayor importancia a un personaje propio de Italia.

El origen de la Befana se relaciona con ancestrales festividades agrarias paganas que se celebraban al inicio del año. El hecho de que se trate de una anciana representa el año viejo que ya ha terminado. En muchos países europeos, se quemaban títeres hechos con ropas viejas, para recibir el nuevo año. Muy curioso  el hecho de que también  en Italia existía la Giubiana, un gran títere de paja que también representa una bruja. Una fiesta popular en las regiones de Piamonte y Lombardía, que se celebraba el último jueves de enero, encendiendo  grandes hogueras en las plazas de los pueblos en la que  se quemaba la Giubiana. Se cree que esta tradición antiquísima se acabó transformando en la Befana de la mano del cristianismo.

Otra hipótesis relaciona a Befana con una fiesta romana que se celebraba al inicio del año en honor a la diosa romana Strenia. Consistía  en el intercambio de regalos y aguinaldos navideños y fue promovida por el mismísimo Rómulo, fundador de Roma, para tener un nuevo año cuajado de bienes y felicidad.

Otros documentos muestran que el  origen de nuestra bruja guarda relación con la mitología germánica, concretamente con  el personaje de Perchta. Se creía que Perchta iba entrando en las casas de la gente durante los doce días que transcurren entre la Navidad y la Epifanía, y que tenía la capacidad de saber si lxs niñxs se habían portado bien y habían trabajado duramente durante el año. Si así era, lxs dejaría una pequeña moneda de plata dentro de un zapato. Si este no era el caso, lxs abriría en canal, lxs sacaría las entrañas y lxs rellenaría con paja y piedrecitas.

En cualquiera de los casos, la historia de Befana está estrechamente relacionada con la tradición española de los Reyes Magos. Melchor, Gaspar y Baltasar, iban  a Belén para regalarle al niño Jesús oro, incienso y mirra, guiados por una estrella ¿os acordáis? Bueno, pues se dice que, en su largo viaje, la gente de los pueblos que iban atravesando corría a su encuentro y les acompañaba durante un tramo. En un momento dado, los Reyes Magos dejaron de ver la estrella que los guiaba y se perdieron. Acabaron pidiendo ayuda a una anciana que les dio comida y alojamiento por una noche. Lxs niñxs del lugar la llamaban bruja Befana, ya que se trataba de una vieja  solitaria que solo podía andar con la ayuda de su antediluviana escoba. A pesar de ello, daba largos paseos y conocía perfectamente el camino a Belén. Así pues, indicó a los Reyes la ruta a seguir,  ellos insistieron para que los acompañara, pero ella se negó.

Después, se arrepintió de no haberlos acompañado, llenó un  saco  de dulces y corrió al  encuentro de los Magos de Oriente, aunque ya sin éxito. Frustrada por no poderlos alcanzar, decidió ir llamando a las puertas de las casas que encontraba por el camino, ofreciendo sus dulces a todxs lxs niñxs que en ellas habitaban, con la esperanza de que alguno fuera el niño Jesús.

De esta manera,  Befana viajaría por el mundo montada en su escoba durante toda la noche del 5 al 6 de enero,  haciendo regalos a lxs niñxs para hacerse perdonar por no haber ido a conocer a Jesús. En la Piazza Navona de Roma, a las doce de la noche del 5 de enero se junta un montón de gente para ver si la Befana se asoma por alguna de las ventanas de la Piazza. Hay mercadillo popular de dulces y regalos, y las calles están adornadas con muñecas  vestidas de brujas. En Venecia  se celebran regatas de góndolas con lxs gondolieri disfrazadxs de befanas.



Es curioso el hecho de que también en Italia, llevan los regalos el Babbo Natale, equivalente a Papá Noel, o los propios Reyes Magos en las zonas del sur del País, reminiscencia de la ocupación española del reino de Napolés.

Parecido a la Befana, también se celebra en Italia los 13 de diciembre, la fiesta de Santa Lucía, una mártir siciliana asesinada tras ser acusada de  bruja en el año 304. En su honor, lxs niñxs dejan un vaso de leche con galletas la noche del 12 para que Santa Lucía pase en su burro por las casas dejándoles dulces o pequeños obsequios.

Y si a estas alturas os habéis quedado con ganas de saber más sobre la tradición nórdica de  cabra finlandesa, cosa muy lógica, os diremos que se trata de una fiesta  pagana que se celebraba para protegerse de los espíritus malignos. Estos espíritus oscuros se representaban como monstruos con pieles y rasgos de cabra, de los cuales surgió la figura de la Cabra de Navidad, una horrible criatura que asustaba a lxs niñxs. Además esta no repartía  ni regalos ni dulces, sino que los exigía para ella.

En fin, si os habéis portado bien, puede que esta noche algún ser fabuloso os obsequie  con buenos regalos… o que os los pida.

Comentarios

  1. Buenos días y feliz día de Reyes.

    Espero que a nadie os hayan abierto en canal y os hayan rellenado de paja.

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